25-29 MAYO

LA ÚLTIMA CENA


Estamos viendo estos días, la última semana de Jesús. En la anterior historia aprendimos cuando Jesús fue a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Hoy veremos como la celebró. Pero antes quiero que veas este vídeo donde nos recuerda el significado de esa fiesta.
PINCHA AQUÍ. Como habrás visto en la historia. En esa fiesta se sacrificaba un corderito. Un animal inocente para pagar por el culpable.
Jesús había celebrado esta fiesta muchas veces,pero ese año iba a ser muy diferente. Puedes encontrar el relato en los cuatro Evangelios: Mateo 26:17-35, Marcos 14:12-31, Lucas 22:7-38, Juan 13.
A continuación, te hago un resumen de esta historia tan importante en la vida de Jesús.
El primer día de la fiesta, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
"-¿Dónde quieres que te preparemos la cena de la Pascua?"
Él les contestó:
"-Al entrar en la ciudad, veréis a cierto hombre. Decidle que el Maestro dice que su tiempo ha llegado y que comerá la cena de Pascua con sus discípulos en tu casa."

Entonces los discípulos hicieron como Jesús les dijo y prepararon la cena de Pascua allí.

Cuando llegó la hora. Jesús y los apóstoles se sentaron juntos a la mesa. Jesús dijo:

"-He tenido muchos deseos de comer esta Pascua con vosotros antes de que empiecen mis sufrimientos. Pues ahora os digo que no volveré a comerla hasta hacerlo en el reino de mi Padre."

Mientras comían, Jesús tomó un poco de pan y lo bendijo. Luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos y dijo:
"Tomad y comed, porque este es mi cuerpo, el cual es entregado por vosotros, haced esto en memoria de mí."

Luego tomó la copa de vino, dio gracias, y les dijo:
" Tomad y bebed, esta es mi sangre, que es derramada como sacrificio para perdonar los pecados de muchos".

Esta era la última cena que iba a estar con ellos, les quiso enseñar cosas muy importantes que no tenían que olvidar. En ese momento, no llegaron a comprender lo que les decía, pero lo entendieron después cuando todo se cumplió. Jesús les anunciaba su muerte, la del Cordero de Dios, que se entregaba para rescatarnos y salvarnos, y no sólo eso sino también les daba la esperanza de su resurrección. 
Jesús dijo que cada vez que nos reuniéramos los cristianos, teníamos que tomar el pan y el vino para no olvidar jamás el precio que Jesús tuvo que pagar por nosotros: su propia vida y para darle las gracias por lo que Él hizo, porque nos ama mucho.